Hacia el año 2000 Erwin Sanhueza, Cristian Rivera y Daniel Rojas eran jóvenes que iniciaban sus primeros pasos de independencia en la vida, como tantos que conocemos en nuestro entorno. Hoy los tres son sacerdotes, savia nueva para la diócesis de Villarrica. Que Cristo sea su Alfa y Omega fue y es un regalo; también un desafío. En un diálogo sincero e íntimo nos lo confidencian:
¿Qué ha significado para ti este año como sacerdote?
P. Erwin: “Un año de gracia… Disfrutar la gracia de Dios, disfrutar el ayudar a las comunidades y aprender a escuchar.”
P. Daniel: “Tres cosas: vivir la Eucaristía; escuchar al pueblo de Dios, recorrer las capillas; y orar, orar todos los días por mi perseverancia en la vocación.”
P. Cristian: “Doy gracias a Dios, por fijarse en mí. Doy gracias por poder hacer presente a Cristo en la Eucaristía, y por la cercanía de la Virgen como Madre de un hijo sacerdote.”
¿Qué recuerdas del día de tu ordenación?
P. Erwin: “Recuerdo las palabras de Mons. Francisco [Stegmeier], ‘somos vasijas de barro y nos podemos quebrar’. Eso me quedó dando vueltas. Cristo nos llamó a su servicio, pero somos vasijas de barro que si nos caemos, nos quebramos. Y por eso necesitamos mucha oración.”
P. Daniel: “El acto del obispo de ungirme, de saber que Dios me ha elegido, y concelebrar junto al obispo y al pueblo de Dios reunido allí.”
P. Cristian: “Recuerdo la catedral repleta, y ver tantas caras conocidas de mi pueblo, de los lugares donde estudié, donde hice pastoral… Fue un día que marcó mi vida para siempre.”
¿Qué dirías a los jóvenes que sienten la llamada del sacerdocio?
P. Erwin: “Siempre les digo: hay levantar la mano a Jesucristo y decirle ‘aquí estoy’… ¡y animarse siempre! Dar el paso para no arrepentirse después. Y ver dónde nos llama Jesucristo, si en la vida diocesana, religiosa, consagrada, etc.”
P. Daniel: “Yo les diría que sean generosos con el Señor y que confíen en Él. Hay un momento en que Dios sensiblemente nos llama, pero otro en que Dios como que nos deja. Es el momento de la libertad, en que tengo que responder a ese llamado.”
P. Cristian: “Invito a los jóvenes que primero lo piensen y pregunten al Señor ‘¿qué quieres para mí?’. Y no tengan miedo a decirle sí al Señor. El que le dice sí al Señor, no se arrepiente.”
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