¿Por qué te invitamos a la Misión de orar por la santidad de los sacerdotes, de los obispos y el aumento de las vocaciones sacerdotales? Como respuesta, ofrecemos esta breve reflexión:
Nuestros sacerdotes son hombres de Dios que se comprometieron con Él a dar su vida por nuestra salvación. Están a diario en la trinchera que les desafía a ser fieles a ese compromiso. Pero también, desde su más temprana vocación y en varios momentos de sus vidas, padecen tentaciones, agresiones de diversa índole, caídas que ponen en riesgo su vocación, sufrimientos corporales y espirituales.
Tu oración por el sacerdote que se te asigna al inscribirte te hará colaborador del amor redentor de Jesús. Tu oración hace más llevadera la cruz que ese hombre de Dios debe soportar. Asimismo, serán de sumo bien los actos de caridad y espirituales que ofrezcas a Dios –suplicando la mediación de la Virgen– en reparación por los pecados que tu sacerdote hubiere cometido.
Finalmente recordemos que, sin sacerdotes, Jesús no estará presente en el Santísimo Sacramento y esto sería el fin de la Iglesia, un desastre total para la humanidad. Por ello es urgente orar por el aumento de las vocaciones sacerdotales.