“También es semejante el Reino de los Cielos a un mercader que anda buscando perlas finas, y que, al encontrar una perla de gran valor, va, vende todo lo que tiene y la compra” (Mt 13, 45-46).
Hay pasajes del Evangelio, como el de Mt. 13, 45-46 donde Jesús, usando parábolas, enseña que no hay mayor riqueza que el amar a Dios “con todo tu corazón y con toda tu alma, con todo tu espíritu y con todas tus fuerzas”; y así, entregar la vida a la causa del “Reino de los Cielos”. Esta invitación es un reto difícil para muchos, aunque conquista también los corazones más inesperados, como el del belga Patrick van der Vorst.
Patrick desarrollaba una brillante carrera como comerciante de arte en la prestigiosa casa de subastas londinense Sotheby’s, donde se especializó en muebles franceses del siglo XVIII, gestionando colecciones notables como la del Duque y la Duquesa de Windsor o Elton John; llegando a ocupar el cargo de director de la firma en Europa.
Pero fue en 2018 cuando logró hacer una fortuna al vender una página web que había creado apenas un par de años antes (valuemystuff.com), a través de la cual ofrecía a los propietarios de antigüedades y obras de arte, valoraciones profesionales de sus piezas.
Pese a que el éxito profesional y económico le sonreía, Patrick reconoció al programa Heart and Soul de la BBC que no se sentía satisfecho. “Siempre fui feliz… pero también tuve una cierta sensación de tristeza que creció con el tiempo”, dijo, explicando –para sorpresa del entrevistador– que “la idea de unirme a la Iglesia y estudiar para sacerdote siempre estuvo en mi cabeza”.
“Con mis padres íbamos a misa cada domingo, pero no puedo decir que mi familia fuera particularmente religiosa, que rezáramos antes de cada comida, por ejemplo”, señala. Pero aún recuerda, dice, aquel momento de su infancia cuando recibió un regalo que lo marcó para siempre. “Tenía 8 o 9 años y recibí tres libros sobre la vida de Jesús. Era una biografía contada a través de ilustraciones y dibujos. Yo estaba fascinado y siempre los tuve en mi mesa de noche”, confidencia.
El camino de la belleza
Patrick agradece a sus padres, que le educaron no solo en la fe sino también el amor al arte. Durante años sabía ni siquiera imaginó que esas dos herencias lo llevarían a entregarse por entero a Jesús. “Mis padres solían ir a subastas los fines de semana. Un domingo típico era levantarnos, desayunar, ir a misa y después recorrer las distintas casas de subastas y mercados de antigüedades de Brujas, Gante y otras ciudades. Fue allí que mis ojos se abrieron al arte”, recuerda.
Luego de estudiar Derecho e Historia del Arte, Patrick se mudó a Londres y empezó a trabajar en una casa de subastas de obras de arte. “Cuando trabajas para [esas] empresas… lidias con personas en un estado vulnerable”, recuerda Patrick. “La gente necesita vender cosas cuando se están divorciando, su madre falleció o está en bancarrota y necesita dinero; y estás allí con ellos, acompañándolos en la venta de sus propiedades y sus obras de arte”, señala.
Pese a que le gustaba su trabajo, el cual consideraba “emocionante”, Patrick comenzó a sentir dudas sobre si estaba dedicando sus energías a lo correcto. “Fue un proceso gradual, poco a poco”, dice; y tomar la decisión de ingresar al seminario no fue fácil, en especial porque suponía renunciar a la posibilidad de casarse y formar familia.
“Va y vende todo lo que tiene…”
Pero el año 2019, con 47 años, el hasta entonces empresario ingresó al Beda College, un seminario romano especializado en vocaciones maduras. Y, ¿qué sucedió con aquella fortuna ganada en su trayectoria profesional? “El grueso del dinero lo repartí entre mis parientes y organizaciones de caridad”, comenta Patrick, y añade con soltura: “De tener una casa y un perro en Londres ahora no tengo casa, o mejor dicho, mi casa es el seminario y pronto será la parroquia a la que me manden”, concluye.
Consultado sobre qué aspira a lograr en su nuevo camino, Patrick lo tiene muy claro: “Quiero poner a la Iglesia en el mapa de la gente y hacer que vean cuánto los ama Dios”. Para lograr este objetivo, decidió utilizar sus conocimientos en arte y tecnologías de la información creando el sitio christian.art, una web donde cada día se publica la imagen de una obra de arte junto a un comentario del Evangelio. Así, señala, brinda también un vivo ejemplo de cómo el impulso pastoral puede armonizarse con la innovación tecnológica para la Evangelización.