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Krzysztof tenía novia y una carrera que disfrutaba… pero Dios “me habló muy fuerte”

Krzysztof Patejuk

Krzysztof tenía novia y una carrera que disfrutaba… pero Dios “me habló muy fuerte”

Quería ser periodista y ese era su camino cuando Dios le llamó con fuerza en la universidad: “Sentí en mi corazón como un fuego ardiente…”

Krzysztof Patejuk es un joven polaco de la generación actual: creció en un ambiente familiar católico para luego verse enfrentado a una modernidad llena de proyectos y velocidades ajenas a lo espiritual. En esa aventura creyó encontrar un camino donde cumpliría sus sueños… o eso pensaba.

En una conversación con fundación CARF, Krzysztof confiesa que la transmisión de la fe se dio en su hogar de manera muy natural. “Desde pequeño asistía con mis padres y mi hermano a la Eucaristía dominical, rezábamos juntos en casa y participábamos en celebraciones litúrgicas propias de cada tiempo”, recuerda, asegurando que sus padres “siempre me apoyaron en mi servicio como monaguillo y en los retiros de verano. Pero, sobre todo, crearon un ambiente de amor, apoyo y libertad que me permitió buscar por mí mismo mi camino de fe”, puntualiza.

Desde niño siempre quiso ser periodista, pues le apasionaban la literatura y los medios de comunicación. Con esto en mente, ingresó a la carrera de Periodismo; y se sentía muy cómodo con esa decisión.

La batalla interior

Había pasado un año en la universidad y le parecía que su destino estaba ahí, pero el verano trajo una batalla a su corazón:

“Dios me habló de forma muy fuerte. Tras aprobar los exámenes de verano en la universidad, sentí en mi corazón, como un fuego ardiente; una llamada a entrar al seminario y ser sacerdote.

“Me resistí durante mucho tiempo, porque estaba cumpliendo mis sueños y tenía novia. Pero finalmente Dios me habló a través de un pasaje del profeta Jeremías, que describía perfectamente mi lucha interior durante ese verano: ‘Me sedujiste, Señor, y me dejé seducir; me forzaste y me venciste… había en mi corazón como un fuego ardiente, encerrado en mis huesos; me esforzaba por contenerlo, y no podía’. Me rendí a su voluntad y entré al seminario, decisión de la que no me arrepiento”, afirma Krzysztof Patejuk, convencido.

Una vez ya ordenado sacerdote su obispo envió al padre Krzysztof a estudiar Derecho Canónico a la Universidad de Navarra, en Pamplona. El sacerdote atesora esta etapa como “un tiempo de gran riqueza espiritual y pastoral, por mi contacto con compañeros de todo el mundo y por mi servicio en la parroquia de San Miguel Arcángel. Ese tiempo me permitió profundizar en mi fe y amor por la Iglesia”, añade.

Un sacerdocio valiente para tiempos arduos
Krzysztof Patejuk

Todo aquello resultó una ayuda inmensa para su actual labor como juez en el tribunal eclesiástico de la arquidiócesis polaca de Warmia. “El amor por el derecho que me transmitieron los profesores me facilita tratar con humanidad y justicia los casos difíciles de nulidad matrimonial”, explica, destacando que “esta tarea no es meramente administrativa, sino profundamente pastoral“.

Polonia es un país que se mantiene como un bastión católico en Europa del Este. No obstante, enfrenta importantes desafíos que realzan el papel de la Iglesia. El más evidente es el de la guerra entre Rusia y Ucrania que se libra junto a su frontera y la amenaza de una posible invasión de su territorio. Destacando la acogida brindada a centenares de miles de refugiados ucranianos, el sacerdote señala: “El reto para la Iglesia es el cuidado pastoral y social de estas personas, y hasta ahora las instituciones eclesiales han estado a la altura”. Aparte, subraya el desafío que representa para una sociedad tradicionalmente católica, como es la polaca, el actual “proceso bastante rápido de secularización, especialmente entre los jóvenes”. En estos tiempos críticos “el rol del sacerdote es fundamental”, apunta el padre Krzysztof, volcado de lleno a cuidar del rebaño que Cristo puso a su cuidado.