rezoporunsacerdote@gmail.com

El “padre Fili” con santo temor de Dios enfrenta al narco, aunque le cueste la vida

El “padre Fili” con santo temor de Dios enfrenta al narco, aunque le cueste la vida

En el desempeño de su ministerio el padre Fili ha sobrevivido dos ataques armados y actualmente está amenazado de muerte. En 2021, fue secuestrado por 50 hombres armados mientras iba a celebrar la santa misa a una comunidad de la sierra de Guerrero, y estuvo a punto de ser ejecutado.

Los habitantes del estado mexicano de Guerrero viven bajo fuego. El crimen organizado y los cárteles de la droga ejercen una extrema violencia para consolidar su poder territorial, en guerra con el propio Estado y a costa de miles de inocentes. Es una dura realidad atestiguada –y experimentada– por el sacerdote José Filiberto Velásquez, conocido como “el padre Fili”, perteneciente a la diócesis de Chilpancingo-Chilapa, en la sierra de Guerrero.

El padre Fili dirige el Centro de Derechos de las Víctimas de la Violencia “Minerva Bello”. Fue en 2022 cuando comenzó a documentar las violaciones de derechos humanos en la comunidad llamada El Nuevo Caracol, tras recibir una llamada del párroco informándole que tenía 500 feligreses desplazados en su iglesia y solicitando auxilio. Así inició sus visitas a esta región de la sierra de Guerrero llevando ayuda humanitaria, registrando los casos de violencia e identificando a los perpetradores.

Un pastor en primera línea
padre fili

El sacerdote relata cómo en noviembre del 2022 grupos del narco empezaron a utilizar drones con explosivos para precipitarlos sobre comunidades de la sierra de Guerrero, y denuncia en diálogo con Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN): “Como sacerdote soy testigo de que el país enfrenta un conflicto armado, con crimen organizado, destrucción de templos y uso de la tecnología para sembrar terror y pánico. Esto ha provocado que la población huya para resguardarse de la violencia… Capillas, escuelas y plazas públicas han sufrido daños, la gente ha abandonado sus actividades económicas para salvar la vida. Hay mucha pobreza, sí, pero hay más miedo”.

Entre enero y febrero de 2024, durante los enfrentamientos de dos grupos criminales en la zona de Guerrero, la Iglesia participó en las negociaciones para alcanzar una tregua y que al menos se depusieran las armas, lo que al fin se consiguió. Los sacerdotes se convierten así, dice el padre Fili, en “defensores de Derechos Humanos”.

Amenazado de muerte
padre fili

En el desempeño de su ministerio el padre Fili ha sobrevivido dos ataques armados y actualmente está amenazado de muerte. En 2021, fue secuestrado por 50 hombres armados mientras iba a celebrar la santa misa a una comunidad de la sierra de Guerrero, y estuvo a punto de ser ejecutado. Lo mantuvieron horas de rodillas mientras los habitantes de la zona empezaron a negociar con los hombres armados para que no lo mataran. La intervención de esa comunidad fue crucial para que le perdonaran la vida.

En otra ocasión, el 19 de octubre del 2023, el padre Fili conducía por una carretera de la sierra cuando dos sujetos dispararon a su vehículo desde una motocicleta; uno de los tiros impactó una llanta y otro pasó a su lado y dio en el asiento del copiloto. “Este ataque fue un claro aviso, para hacerme saber que querían que me callara, que no denunciara, que no predicara, que no ayudara, que no practicara más la caridad”, explica.

padre fili

Pocos días después, entre el 22 y el 25 de octubre, el terrible huracán “Otis” azotó esa región de México dejando una ola de destrucción en sus comunidades. El sacerdote se volcó en los trabajos de emergencia, distribuyendo la ayuda humanitaria de Cáritas. La necesidad del pueblo fiel le hizo quedarse y hoy en día sigue trabajando en la diócesis de Chilpancingo-Chilapa. “No vivo con miedo, pero sí hay ocasiones que el temor me invade cuando el nivel de peligro empeora. He llorado muchas veces, pero me reconforta saber que no estoy solo y que Dios consuela en los momentos de angustia”, asegura con una sonrisa.

Fuente: El Observador de la Actualidad