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Carlos Cabrera: cuando el Amor te cambia la vida por completo

Carlos Cabrera

Carlos Cabrera: cuando el Amor te cambia la vida por completo

A corazón abierto, cuenta que llevaba seis años con una chica estupenda, querían casarse y formar una familia. Todo estaba dispuesto.

Carlos Cabrera cuenta poco más de 30 años, es de República Dominicana, pero vive en Madrid desde 2010. Estudió Derecho y a continuación hizo un magister. Viene de una familia católica, tiene siete hermanos, “aunque no son muy practicantes”, confidencia.

A corazón abierto, cuenta que llevaba seis años con una chica estupenda, querían casarse y formar una familia. Todo estaba dispuesto, pero –faltando poco más de un mes para pedir su mano– en una jornada de oración por las vocaciones, mientras adoraba al Señor expuesto en la apariencia de una Hostia Consagrada en la Custodia, Jesús dio un giro radical a sus planes.

A partir de ahí su vida ha sido esforzarse por darse a Dios y servir a los demás, lo cual le llena de una alegría –afirma– que nadie le podrá arrebatar.

El 16 de junio de 2019 Carlos recibió la ordenación diaconal y el 20 de junio de 2020, durante la pandemia, fue ordenado sacerdote.

El año 2019 en diálogo con el portal católico Arguments compartió algunas intimidades y, sobre todo, las ilusiones de entregarse a Cristo que abrigaba en su corazón.

Estabas a punto de comprometerte y casarte, pero el Señor tenía otros planes…

El Señor me fue preparando en la vida cristiana cotidiana: Misa diaria, confesión frecuente, vínculos con familias católicas… Tras seis años de noviazgo con una chica guapísima y estupenda con la que pensaba casarme y formar una familia, a un mes y medio de la pedida de mano, Dios me dio la vuelta todo como a una tortilla. Fue precisamente en medio de una adoración eucarística, en una jornada de oración por las vocaciones, cuando Dios me tocó el corazón; escuché la voz del Señor con la pregunta: “¿y tú, no deberías ser sacerdote?”.

¿Y por qué sacerdote? ¿No podías haber seguido con tu novia, ser bueno y ya?

No es algo que yo haya buscado ni me lo he fabricado. Es el camino de felicidad que Dios ha pensado para mí, y yo quiero ser feliz y si esta es la plenitud de vida que el Señor me ofrece, ¡pues ahí voy!
Cuando el Señor te toma el corazón, te pide que te entregues por todos, como Él lo hizo. A mí Cristo me ha cogido el corazón, me ha enamorado de la vida que tiene para mí, que es la vida sacerdotal, donde todo mi tiempo es para estar unido a Él y estar unido a todos los hombres.

Carlos Cabrera
Carlos Cabrera durante su primera misa / Foto: Instagram @carloscabrerar

¿Has tenido miedo?

He tenido miedo sobre todo por la inmensidad del ministerio. Y si fallo, ¿qué? … mi miedo es ése. Hay una oración secreta que hace el sacerdote cuando termina la consagración que dice: “Y no permitas que nunca me separe de Ti”. Esta es mi oración todos los días: pedirle que nunca me separe de Él, que nunca por mi causa, él siga crucificado, sino que resucite y dé vida. Se lo pido todos los días al Señor.

¿Qué podemos hacer nosotros por los sacerdotes?

Quererlos y rezar por ellos. Rezar para que seamos santos, para que Dios nos conceda la fidelidad. Cuidarlos, quererlos, acompañarlos. Verlo como un don. Y pedirle que siga mandando a muchos y santos; también que quienes estamos en camino lleguemos a la santidad.

¿Qué le dirías a una persona que se está planteando la vocación?

Preguntarse “qué quiere Dios de mí” es lo normal para un cristiano. Una frase que a mí me ayudó en el proceso de discernimiento es esa de Juan Pablo II que dice: “Si sientes la llamada de Dios que te dice ¡sígueme!, no la acalles”. Que el Señor te pida la vida es el camino de felicidad que tiene para ti. Nunca vas a ser más libre que cuando te pones en manos de Dios. Dios junto con la vocación da el don para vivirla.

Fuente: Arguments